Lluna Plena no Fansub

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miércoles, 28 de febrero de 2018

Houkago Rinkan Chuudoku: parche sin "bugs"

¡Por fin lo tenemos! Después de varios contratiempos, hemos conseguido arreglar el archivo Assembly-CSharp.dll. Por tanto, es hora de disfrutar (ahora sí) del juego completo sin “bugs” de Houkago Rinkan Chuudoku. No más sonido enmudecido, no más reversiones a japonés de los textos interactivos… esta vez sí, Houkago Rinkan Chuudoku en castellano, ¡como está mandado!

 
En teoría, todo funciona ya correctamente, pero informad si seguís encontrando cualquier inconveniente en vuestros ordenadores. Nuestro modder SnowB se lo curró.

 
Y no sólo eso: esto es un edit a fecha de Septiembre de 2018. Hemos completado ya del todo la traducción, también de los subtítulos atañentes a las voces en off. De modo que, ¡aquí está el link para la versión final del parche!



Disfrutadlo, que ya toca… ¡y hasta otra!

jueves, 15 de febrero de 2018

El arte de traducir (II)



La siguiente es otra reflexión interesante que me gustaría compartir. El autor es Fred, y se trata de la referencia a las “big back” que Zakamutt mencionaba en su escrito (el cual pudisteis leer en la anterior publicación). Esta vez, se trata a grandes rasgos de abordar una importante dicotomía en el mundo de la traducción: ¿qué es más correcto, hacer una “traducción literal” o una “traducción liberal” de los textos en japonés de una novela visual (o en definitiva cualquier otro tipo de narración)? Parece que hay muchos extremistas al respecto. Yo, personalmente, defiendo y he defendido siempre una postura más cercana a la “traducción liberal”, aunque sin pasarse de “liberal”. Mi postura es de hecho muy cercana a lo que Fred dice (lo podéis leer abajo): soy partidario de hacer una traducción que, ante todo, respete el espíritu de lo que el autor original del texto pretende transmitir, teniendo en cuenta aspectos de la propia historia, aspectos culturales e incluso aspectos lingüísticos (que a la hora de la verdad van a reflejar esa cultura, lo que, como muchos otakus saben, es especialmente importante en el caso de las historias en japonés ambientadas en Japón). El uso o no de recursos lingüísticos exclusivos del japonés y por todo buen otaku bien conocidos (sufijos como “san”, “senpai”, “kun”… personajes que se refieren a sí mismos en tercera persona, y un largo etcétera) es tan sólo la punta del iceberg de este concepto, y un tema que merece una mención aparte tal vez en otra publicación.

Mis traducciones, pues, tienden a ser más liberales, en el sentido de mantenerse fiel al espíritu marca de la casa de los ambientes japoneses, una cultura que es, como sabemos, esencialmente distinta a la nuestra en muchos aspectos. Pero también a la hora de transmitir ambientes más comunes a ambas culturas. Esa liberalidad no puede tampoco darte carta blanca para hacer lo que te dé la gana, pero debes transmitir el espíritu de la historia con la mayor fidelidad posible. Y una traducción puramente literal, muchas veces no te va a permitir alcanzar este objetivo. Una traducción liberal, además, requiere que te tomes la molestia de redactar correctamente en el idioma final (castellano en nuestro caso) de manera que te hagas entender cuando el público final (la audiencia hispanoparlante en nuestro caso) juegue la novela visual en cuestión. Y una vez más, las traducciones literales no favorecen esto. Siendo extremistas, para traducciones literales, usa Google Translate y olvídate. Pero claro, para eso, ¿qué falta hacen los traductores de carne y hueso?

La publicación de Fred (también traducida del inglés por mí) ilustra un ejemplo bastante clarificador de todo esto, referido al lenguaje figurativo. Este es uno solo de los muchos ejemplos de “desafíos” que los traductores del japonés nos encontramos continuamente. Los siguientes párrafos lo describen en palabras del propio Fred, unas palabras que suscribo y que os mostrarán un poco más de los entresijos del mundo de la traducción:

“A la comunidad asidua a las novelas visuales le gusta discutir acerca de los méritos relativos de las así llamadas “traducción literal” y “traducción liberal”, y mucha gente tiende a percibir a los demás como defensores casi acérrimos de un extremo o del otro. Si bien estoy seguro de que todos los que conocen mis puntos de vista me clasificarían como un defensor de la traducción liberal, tiendo a pensar que soy más bien un defensor de ser fiel a la intención del texto original. Este post del blog va a destacar un par de usos específicos del lenguaje que creo que exponen algunas de las debilidades de intentar una “traducción literal”. Esto no va a ser en modo alguno un intento de proporcionar una argumentación exhaustiva contra la traducción literal, aunque por otro lado, mentiría si dijera que no voy a intentar ser al menos un pelín convincente al respecto. Sea como sea, e independientemente de tu postura particular en este debate, espero al menos que los siguientes ejemplos proyecten algo de luz sobre tu comprensión. En un sentido amplio, voy a hablar sobre lenguaje figurativo. Este es un sofisticado concepto que engloba un montón de expresiones comunes y tipos de expresión que existen en cualquier idioma humano natural, hasta donde yo sé, y desde luego, tanto en el japonés como en el inglés (así como, por supuesto, en el castellano, NdT). Frases hechas, símiles, metáforas, hipérbolas, personificación, simbolismo: todos ellos son tipos de lenguaje figurativo.

Para empezar, hablemos de frases hechas. La definición relevante de “frase hecha”, si tiramos de “wikcionario”, es “una expresión peculiar o característica de un idioma particular, especialmente cuando su significado literal es ilógico o se desvincula del significado individual de las palabras que la componen”. Se explica bastante bien por sí solo, ¿verdad? Por definición, si intentas traducir literalmente la frase hecha como una suma de sus palabras, vas a acabar obteniendo algo que, en el mejor de los casos, será impreciso, y en el peor, completa y absolutamente ilógico. Con tan sólo googlear “frases hechas japonesas” y leer lo que salga, vas a encontrarte docenas de ejemplos de casos en los que tienes que evitar a toda costa hacer una traducción literal, porque la alternativa es acabar con una traducción que no tendrá el más mínimo sentido. Por ejemplo, traducir 十人十色 como “diez hombres, diez colores” no va a dar un texto comprensible al lector castellanohablante; sin embargo, la expresión “para gustos los colores” (o la venerable en inglés “different strokes for different folks”), que es equivalente en significado, si bien no exactamente en el tono, seguramente ya va a servir. Las frases hechas, ya en sí mismas, proporcionan un argumento de un peso enorme a favor de la traducción liberal*. Dicho lo cual, tampoco es que las frases hechas sean algo abundante. Sin embargo, hay también ejemplos más discretos: casos en los que una traducción literal te va a proporcionar algo con sentido y puede que incluso preciso, pero que con todo, va a ser siempre menos preciso que lo que una traducción liberal adecuada te va a ofrecer.

Mi ejemplo personal favorito de expresión japonesa que no es per se una frase hecha, pero que aún así, se beneficia enormemente de una traducción “liberal”, es la combinación del nombre 背中 (espalda) y el adjetivo 大きい (grande). Estas dos palabras aparecen frecuentemente juntas en japonés como una forma de halagar a los hombres, y quiere expresar que el hombre en cuestión tiene una cierta característica física atractiva, prototípicamente masculina. La frase lleva consigo también una metáfora implícita de confianza: una gran espalda, presumiblemente, es capaz de cargar un gran peso. Cuando empiezas a buscar “grandes espaldas” (“big backs” en inglés), las ves aparecer hasta en la sopa en traducciones literales de japonés a inglés, desde “Little Busters!” hasta “HoshiMemo”. El problema, es que existe en inglés una expresión común que significa exactamente lo mismo que la japonesa: “broad shoulders”. Pero, ¡coño! Ningún diccionario te va a decir que puedes traducir individualmente 背中 como “shoulders” (“hombros”): eso es incorrecto. Y lo que es asombroso de esta pareja de expresiones japonesa / inglesa es que no sólo denotan lo mismo, sino que además, tienen exactamente la misma connotación. Ambas expresiones describen la misma característica física, y ambas, a su vez, hacen referencia al mismo concepto de confianza: un par de anchos hombros (significado de “broad shoulders” en inglés), también son capaces de cargar un gran peso.

La expresión “broad shoulders”, como su primo japonés, está en algún lugar entre un simple uso no figurativo del idioma y una frase hecha: tan sólo conociendo la definición de cada palabra individual obtienes el correcto significado de la expresión; e incluso la connotación de confianza implícita, cuando está presente, por lo general resulta obvia. En consecuencia, y por definición, no son frases hechas. Pero incluso siendo así, si la traduces literalmente en cualquier dirección, la frase original terminará siendo poco más que una pálida sombra de lo que debería ser. No sé tú, pero yo prefiero que me describan como un tío “broad-shouldered” (de “hombros anchos”) antes que uno con una “big back” (“espalda enorme”).

*(A no ser que creas que el propósito de una traducción es enseñarte frases hechas japonesas, en cuyo caso, no estamos hablando en absoluto de lo mismo y no vale la pena discutirlo más. Personalmente, me gusta leer ficción traducida exactamente por la misma razón que me gusta leer ficción escrita originalmente en inglés: para disfrutar de una historia bien diseñada.)”
 
Fred

martes, 6 de febrero de 2018

El arte de traducir



Hoy, para cambiar un poco de tercio, me gustaría compartir la reflexión de Zakamutt, una persona curtida en esto de la traducción y edición de novelas visuales. Sus palabras, si bien algo ásperas e incluso pedantes a veces, son un testimonio que ilustra muy claramente de qué va este submundo, lo que se mueve detrás de las bambalinas, para aquellos que queráis saber un poco más sobre la clase de cosas por las que pasamos los traductores. Me he tomado un tiempo para traducir las palabras de Zakamutt del inglés, porque me parece interesante poner a vuestro alcance reflexiones como la suya. El objetivo es que sepáis un poco más de lo que se cuece en estos ambientes, y por qué no, poner de manifiesto que la traducción muchas veces no es un camino de rosas. El proceso de traducción de una novela visual engloba procedimientos más complicados de lo que la gente suele creer… y más veces de las que creéis, estáis jugando juegos cuyas traducciones podrían ser más precisas, o directamente dejan bastante que desear. Muchas veces ni lo notamos, pero podemos estar leyendo cosas que no tienen nada que ver con el original japonés. Es por ello que digo siempre que traducir es un arte en sí mismo, y requiere una dedicación concienzuda. La figura del editor es también un factor clave, pero como apunta Zakamutt, demasiadas veces entorpece el trabajo más que ayudar. Mi solución personal al problema es clara: yo soy mi propio editor. Sería estupendo poder confiar tu trabajo a editores competentes, pero éstos, desafortunadamente, no parecen abundar, y menos aún en el escenario fansubero.

En otra publicación os traduciré al español la entrada sobre las “big back” a la que se hace referencia en el siguiente texto, que también ilustra un estupendo ejemplo de lo que los traductores de japonés nos encontramos a menudo.

Que no os asuste la cantidad de texto. Si habéis leído hasta aquí, podréis leer hasta el final, y os aseguro que vale la pena. Los párrafos que siguen son las palabras de Zakamutt, traducidas fielmente:

“Pese a haber unos pocos blogs buenos acerca de edición en Fuwanovel, no parece haber mucha cosa por lo que a blogs de traducción respecta. Creo que parte de la razón de esto es que los editores, en el escenario de las traducciones de fansubs, con frecuencia hacen cosas que los mismos traductores podrían perfectamente hacer por sí mismos, lo cual habitualmente va en detrimento del producto final. Echad un vistazo, por ejemplo, a la entrada acerca de las “big back” que Fred escribió. Y luego decidme por qué esto no podía ser evitado en la fase previa de traducción.

Hay dos motivos por los que harías esto: uno, no sabes japonés a un nivel suficiente como para comprender qué se está expresando en realidad, y por lo tanto, te limitas a transcribir literalmente lo que hay ahí escrito. En este caso, la forma sensata de proceder sería pedirle consejo a alguien que sepa más japonés que tú. Segundo motivo, eres simplemente un vago. ¿Quién piensa en serio que “the date changed” suena bien en inglés? Un caso extremo de esto es darle prioridad a la velocidad; Ixrec y MDZ* (dos grupos fan de traducción al inglés) priorizaron la inmediatez de resultados, y ninguno de los dos obtuvo un buen resultado para justificarlo, pese a que ciertamente acabaron el trabajo en sí. Personalmente, sigo pensando que esto es, a la postre, una actitud de vago; es decir, es significativamente más fácil traducir de forma literal que no intentar realmente redactar bien en el idioma producto. En este caso, pregúntate a ti mismo si de verdad lo que quieres es producir una traducción de mierda.

A donde quiero llegar es a lo siguiente: si de verdad quieres producir una buena traducción, no puedes simplemente dejarle todo el trabajo de escribir al editor y quedarte tan ancho. Los editores no obran milagros; tienen que manejarse con los textos que les llegan. Más aún, muchos de los editores que trabajan en traducciones de fansub, y a la postre, unos cuantos de los mismos traductores, no es que sean muy buenos haciendo su tarea. Cada vez que tú, como traductor, dejas algo malo en el texto que pasas, existirá siempre la posibilidad de que esa chapuza quede como tal en el producto final. No estoy diciendo que tengas que ser perfecto. Lo que estoy diciendo es: por el amor de las novelas visuales, tío, inténtalo.

Si me preguntas a mí, antes de entregar tu “script” al editor, tú mismo deberías haber hecho ya una pasada de edición a todo el texto. O dos. Las frases en las distintas líneas deberían estar interconectadas, en vez de flotar como islotes en un mar de prosa; debería haber al menos un intento de ajustar lo que se lee a las voces de los personajes que hablan, y cualquier “traducción prefabricada” de las de turno para ciertas situaciones debería pasar al menos por una puñetera fase de “kawarimashita”, como por ejemplo en el caso de 日付 a medianoche, que tiene un prejuicio extremo.

Algunas veces, hagas lo que hagas, te vas a quedar corto en el intento. A veces, la frase no te sonará bien le des las vueltas que le des. Ahí es donde deberías esperar que el editor sepa más que tú; déjale una nota al margen de la línea en cuestión, explicándole el problema, sigue adelante con lo tuyo, y reza porque tu editor sea realmente lo bastante bueno como para resolverte el problema. Para eso están los editores. Un editor no debería estar traduciendo nada de “weeb” a inglés (o a cualquier otro idioma). El editor no tiene por qué hacer TU trabajo.

*Por cierto, no es sólo el escenario de traducción fansub el que hace esto; hay compañías, como Aksys, que exigen a sus traductores escribir una traducción literal y sin color que, más tarde, se espera que sea catapultada a la brillantez por “editores superstar”. No es nada sorprendente que esta gente haya producido auténticas bazofias; y tengo un gran respeto por el trabajo de Ben Bateman en 999 por esta misma razón.”

Zakamutt